Sumerjo las yemas de mis dedos
en pintura negra y caliente,
aprovecho mis huesos desnudos
para arrancarme los ojos
y verme de una vez
típico humano silenciado
mundo humano todo expuesto
no hay misterio que describir
no hay verdad y ese es el fantasma de
la edad.
La historia
es un refugio de billetes y hojas,
la historia son los árboles que los
hacen.
He creado mil orejas
que hoy reclaman mis silencios
¿en què curva del signo está la
pregunta,
en dónde se esconde el vicio
que sí funciona?
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