meow

sobre las paredes
como locas, se dibujan
las sombras. suculentas,
agrias y espinosas
algunas, tormentosas
cuando la luz choca
en las presencias
que cojen o rebotan
en cuerpos o telas. tu
ánima selva óptica
respira el acecho,
cascada sucediéndose,
seduciéndote torpe y vital
como calculada incidencia

Lo Bello y lo Sublime se fueron al río,
lo Bello se ahogó; ¡Sublime!

sino

no por los bordes
la vida se apelmasa,
muda y alerta
bajo la solapa
del sobre: todo
lo define la memoria;
el destino es lo elegido
del recuerdo.

exigenada

de sano
lo lindo
es sentirse
agua, oxígeno,
nadas; vívete más
que herida de la tierra:
te rigen los ríos

victoria

gritan los colmillos
en lo tenso de los
cuellos. los ánimos,
ajenos y caídos,
no sostienen
ningún orgullo: duele
al yo que está en vos
el oirte subconsciente
velando tu placer

vagas

mientras el barro
nos encuentra de pie
y el lamento, cansado,
reclama una tregua,
nuestras maderas lejanas
se entienden: encontrarse
para ellas es prenderse
y es entonces cuando nosotros
ardemos